Oraciones de Poder Sanador

 

Oraciones de Poder Sanador

Oración de sanación

Padre todopoderoso y lleno de misericordia, por el poder que me concede tu Palabra, expulsa de mí toda enfermedad. Restaura la fuerza en mi cuerpo y el gozo a mi espíritu, de modo que con mi salud restaurada, pueda bendecirte y servirte, ahora y siempre.

 

Oración sanadora de renuncia

Querido Señor Jesús, es mi voluntad ofrecerte todo lo que soy y todo lo que quiero ser. Te abro todos los rincones de mi corazón e invito a tu Espíritu Santo a que habite en mi interior.

Te ofrezco mi vida, mi corazón, mi mente, mi cuerpo, mi alma, mi espíritu, todas mis esperanzas, planes y sueños. Te entrego mi pasado, presente y futuro, mis hábitos, mis defectos de carácter, mis actitudes, mi sustento, mis bienes, mis finanzas, mi seguro médico, mi trabajo y todas mis relaciones.

Te entrego mi salud, mis discapacidades, mi aspecto físico, mi hogar, mi familia, mi matrimonio, mis hijos, mi sexualidad y mis amistades. Te pido que seas el Señor de cada aspecto de mi vida. Te ofrezco mis heridas, dolores, preocupaciones, ansiedades y miedos, y te pido que me limpies.

Entrego todo a tu amoroso cuidado. Por favor, Señor, háblame claramente. Abre mis oídos para escuchar tu voz. Abre mi corazón para tener una comunión contigo aun más íntima. Necesito desesperadamente sentir tu abrazo cariñoso. Cierra las puertas que necesitan ser cerradas y abre las puertas que deben ser abiertas. Pon mis pies en el camino recto y estrecho que conduce a la vida eterna. Amén.


Salmo 511

Ten compasión de mí, oh Dios, conforme a tu gran amor; conforme a tu inmensa bondad, borra mis transgresiones. Lávame de toda mi maldad y límpiame de mi pecado.

Yo reconozco mis transgresiones; siempre tengo presente mi pecado. Contra ti he pecado, sólo contra ti, y he hecho lo que es malo ante tus ojos; por eso, tu sentencia es justa, y tu juicio, irreprochable. Yo sé que soy malo de nacimiento; pecador me concibió mi madre.

Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo; en lo secreto me has enseñado sabiduría. Purifícame con hisopo, y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve. Anúnciame gozo y alegría; infunde gozo en estos huesos que has quebrantado. Aparta tu rostro de mis pecados y borra toda mi maldad.

Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva la firmeza de mi espíritu. No me alejes de tu presencia ni me quites tu santo Espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación; que un espíritu obediente me sostenga.

 

Oración de sanación de Isaías 53

Precioso Señor Jesús, te agradezco tu amor eterno. Viniste al mundo para liberarme del poder de las tinieblas. Abrazaste una muerte violenta en la cruz para pagar mis culpas. Sufriste azotes atado a la columna, cargaste así sobre tu propia carne las enfermedades de la humanidad, para que yo pudiese ser sanado.

Ahora vengo ante ti para poner todo mi pecado sobre tu cruz y pedir que tu sangre preciosa me lave. Pongo en la cruz la culpa por mi maldad, todas mis enfermedades, y por tu dolorosa pasión te pido que me liberes. Acepto tu sacrificio y recibo el regalo de la reconciliación. Confieso tu señorío sobre cada aspecto de mi vida, corazón, mente, cuerpo, alma y espíritu.

Por el poder de tu cruz, Señor Jesús, resisto ahora toda forma de pecado y de enfermedad causados por mi propia desobediencia. Proclamo que ellas no forman parte de la buena y perfecta voluntad de Dios para mi vida y hago cumplir el poder de la cruz sobre ellas ahora mismo.

Por la sangre del Señor Jesucristo de Nazaret que fue derramada, ordeno a toda enfermedad y dolencia que se alejen de mi presencia inmediatamente. Jesús cargó mis enfermedades y dolores. Él fue herido por mis transgresiones. Por sus llagas fui sanado. Ninguna enfermedad, dolor, muerte, miedo o adicción me dominará jamás otra vez. La pena se ha pagado por completo. He sido rescatado y redimido, santificado y liberado. Amén.

 

Oración de reconciliación

Querido Señor Jesús, por los méritos de tu pasión dolorosa, te pido que perdones todos mis pecados, especialmente aquellos que han permitido que enfermedades o dolencias entren en mi cuerpo y dañen mi salud. Pido humildemente que envíes el don de convicción de tu Espíritu Santo para que encienda la luz de la verdad en los rincones más profundos de mi alma, de modo que ahora pueda hacer un acto de completa contrición ante ti.

Señor Jesús, perdona por favor todos mis pecados, sobre todo aquellos pecados ocultos y desconocidos. Estoy muy apesadumbrado por haberte ofendido. Pido perdón por todas las veces que fallé en hacerte el Señor de mi vida. Perdóname por tener dioses ajenos; por comprar imágenes, e inclinarme ante ellas y servirlas; por tomar tu nombre santo en vano y por no haber observado el día de descanso semanal. Perdóname por no honrar a mi padre y a mi madre, por cometer adulterio o un aborto, robar, dar falso testimonio, y codiciar el cónyuge, propiedad y bienes de mi prójimo.

Te pido perdón por no amarte con todo mi corazón, mente, cuerpo, alma y espíritu, por no amar a mi prójimo como a mí mismo y por no respetar el templo de tu Espíritu Santo. Perdóname por no cuidar bien de mi salud, comer alimentos perjudiciales y envenenar mi cuerpo con productos químicos, drogas, alcohol, nicotina, cafeína y cualquier otra sustancia o medicación dañinas.

Perdóname por cometer los pecados de la hipocresía, intolerancia, falta de perdón, ingratitud, incredulidad, engaño, desobediencia, envidia, orgullo, fantasía, fornicación, idolatría, ansiedad, división, disensión, ofender a otros, dureza de corazón, odio, altivez, cólera, rebelión, juego, avaricia, intimidación, celos, perfeccionismo, juzgar a otros, lujuria, legalismo, manipulación, resentimiento, grosería, idolatría sexual, inmoralidad sexual, impureza sexual, perversión sexual, egoísmo, egocentrismo, fariseísmo, autocompasión, difamación, preocupación, vanidad, mundanería, brujería, adicciones, dependencias, quejas, chismes y cualquier otra forma de injusticia.

Señor Jesús, te pido que me perdones todos mis pecados, infracciones y transgresiones y que cubras todas mis ofensas con tu sangre preciosa. Rodéame con tu luz y penetra los rincones más profundos de mi ser con tu amor. No dejes que permanezca en mí ninguna área oscura, sino transforma todo mi ser con la luz sanadora de tu amor infinito.

 

Oración sanadora de autoridad

Precioso Señor Jesús, tú viniste al mundo para curar nuestras enfermedades y cargar con nuestros sufrimientos. Sanaste a los enfermos y llevaste consuelo a los que sufrían. Con una simple orden reprendiste la fiebre de la suegra de Pedro. Hablaste directamente a la enfermedad, la condenaste por sus acciones y le ordenaste que dejara su cuerpo.

De la misma forma, Señor, tú has llamado a todos tus discípulos a seguir tu ejemplo. Nos has dado poder sobre toda obra del enemigo y nos has enviado a hacer discípulos a todas las naciones. Por lo cual, en obediencia a tu Palabra escrita, tomo autoridad sobre todas las formas de enfermedades y dolencias que han estado atacando mi cuerpo.

En el nombre de Jesús, bajo el poder y la autoridad del Señor Dios todopoderoso, ordeno a toda enfermedad de origen demoníaco que deje mi cuerpo ahora mismo y vaya directamente a los pies de Jesucristo. Su función e influencias se han acabado. Reprendo todo el dolor en el nombre de Jesús y ordeno al dolor que salga de mi cuerpo ahora mismo. En el nombre de Jesús, reprendo a todos los espíritus de enfermedad, desorden nervioso, desorden pulmonar, desorden cerebral, enfermedades cardíacas, sida, cáncer, hipocondría, fatiga, anorexia, leucemia, artritis, tumores, crecimiento anormal, diabetes y otras formas de enfermedad, y les ordeno dejar mi cuerpo inmediatamente.

Señor Jesús, agradezco tu poder curativo. Te pido que envíes tus ángeles ministradores de sanidad y cirugías a reparar y restaurar cualquier daño que hayan causado en mi cuerpo la presencia del pecado, las enfermedades o las dolencias influenciadas por demonios. Pido que envíes tu Espíritu Santo y me llenes con tu amor, la luz, la paz y la alegría. Ven, Espíritu Santo, y transfórmame en el hijo de Dios que tú quieres hacer de mí.

 

Oración por un milagro creativo

Oh Dios de toda la creación, tú diste una simple orden y se produjo luz en las tinieblas. Ahora te pido que envíes a cada aspecto de mi ser tu poder que obra milagros. De la misma forma que hablaste al polvo de la tierra cuando creaste el hombre a tu propia imagen, pido que envíes tu poder sanador a mi cuerpo. Envía tu palabra y ordena a cada célula, impulso eléctrico y químico, tejido, articulación, ligamento, órgano, glándula, músculo, hueso y cada molécula de mi cuerpo que gocen de una perfecta y completa salud, fortaleza, alineación, equilibrio y armonía.

Es a través de ti que vivo, me muevo y tengo mi ser. Con cada aliento que tomo, vivo bajo tu gracia vivificante. Te pido que me toques con el mismo poder milagroso que utilizaste cuando me formaste dentro del vientre de mi madre. Tan cierto como que me creaste a tu imagen y semejanza, tú puedes también ahora reconstruir y restaurar mi salud.

Lléname por favor con tu poder sanador. Expulsa todo lo que no debería estar dentro de mí. Te pido que repares lo que esté lastimado, desarraigues toda enfermedad y dolencia, abras todas las arterias y venas bloqueadas, restaures mis órganos internos, reconstruyas mis tejidos dañados, quites toda inflamación y me limpies de todas las infecciones, virus y bacterias destructivas.

Deja que el calor de tu amor sanador inunde todo mi ser, de modo que mi cuerpo funcione como lo creaste: entero y completo, restaurado en su perfecta salud. Te pido todo esto por medio de mi Señor Jesucristo, tu hijo, que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, un solo Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

 

Oración al médico divino

Querido Señor Jesús, tú sanaste a todos los que estaban enfermos y atormentados por espíritus malos. Limpiaste a los leprosos, abriste los ojos a los ciegos y, al pronunciar una simple orden, le diste al lisiado el poder para que se levantara y caminase. Enviaste tu poder que da vida a todos los que estaban necesitados, incluyendo a los que levantaste de entre los muertos.

Oh Médico Divino, vengo a ti con gran necesidad de tu intervención. Entrego mi vida y mi salud en tus manos amorosas. Pido que envíes tu poder sanador a mi corazón, mente, cuerpo, alma y espíritu. Expulsa de mí cada mentira del enemigo y destruye todas las maldiciones pronunciadas en contra de mi salud.

Si he aceptado creencias médicas que no debería haber aceptado, pido tu perdón y rechazo ahora mismo esas creencias. Rompo cada acuerdo que he hecho con mi enfermedad y dolencia. Anulo cada síntoma de mi enfermedad y pido ser liberado por el poder de tu verdad.

Envía a tu Santo Espíritu para renovar mi mente y limpiar mis pensamientos. Resisto inclinarme ante los síntomas de mi enfermedad otra vez. Por favor, haz que no fije mi atención en mí mismo y ayúdame a concentrarme en tu amor eterno.

Oh Médico Divino, tú eres la fuente y la fuerza de mi recuperación. Muéstrame cómo proceder con tu plan para mi reestablecimiento. Entrego el cuidado de mi salud en tus manos cariñosas. Ayúdame por favor a discernir cada aspecto de mi tratamiento, medicamentos y proceso de recuperación, de modo que mis pensamientos y acciones se conformen a tu buena y perfecta voluntad para mi vida. Amén.

 

Oración por la sanación generacional

Oh Padre de misericordia y Dios de toda sanación, vengo ante ti como tu hijo, con gran necesidad de tu ayuda. Muchos de mis problemas y necesidades físicas relacionadas con la salud han sido causados por mis propias faltas, negligencias y pecados. Otras las he recibido a través de mi árbol genealógico bajo la forma de defectos genéticos.

Señor Jesús, te suplico humildemente que entres nuevamente dentro de mi pasado y perdones los pecados de mis padres y abuelos, especialmente los pecados que me han expuesto a defectos genéticos y físicos. Te pido que pongas tu cruz entre mí y mis padres y abuelos, y que limpies completamente mi linaje familiar desde su inicio.

Precioso Señor Jesús, te pido por favor que mires con tu gran amor y misericordia mis necesidades relacionadas con mi salud física y emocional. Te pido que envíes a tus ángeles sanadores para que obren en cada aspecto de mi composición genética. Pido que sanes cada enfermedad y anormalidad en la química de mi cerebro y en todos los procesos de mi pensamiento donde haya perturbaciones presentes. Sana todo el daño causado por la tensión, el descuido o el abuso de mi madre cuando me formaba en su vientre. Quita, por favor, todos los genes defectuosos que hayan sufrido mutación y restaura mi composición genética a su condición original y adecuada para el fin a la que fue destinada.

Si los pecados de mis padres o abuelos me han expuesto a cualquier forma de enfermedad demoníaca o maldiciones generacionales heredadas, tomo, por el poder del Señor, Dios Todopoderoso, la espada del Espíritu y me declaro libre. Ordeno a todos los espíritus inmundos de enfermedad y dolencias que dejen mi cuerpo ahora mismo, y los relego al lago de fuego eterno.

Llamo a las huestes celestiales, a los ángeles de Dios, a rodear, proteger y limpiar con la luz santa de Dios todas las áreas desocupadas por las fuerzas del mal. Le pido al Espíritu Santo que impregne mi corazón, mente, cuerpo, alma y espíritu, llenándome hasta desbordar con la vida y el amor de mi Señor Jesucristo. Amén.

 

Oración por la sanación interior

Oh Señor Dios, eterno y todopoderoso, vengo ante ti con gran necesidad de tu misericordia. Eres el doctor y médico de mi alma. Te suplico humildemente que envíes tu poder sanador a cada área de mi ser que se encuentre herida. Rindo a ti toda mi falta de perdón, especialmente aquellos acontecimientos pasados en que permití que la cólera y la amargura se enconaran, causando daño a mi salud física.

Pido tu gracia para perdonar a cada persona que me haya lastimado en el pasado. Perdono a mi padre y a mi madre y pido ser liberado de todas las formas de dolencias mentales, emocionales y psicológicas. Perdono a mis hermanos y hermanas por su rivalidad, egoísmo y desunión que causaron conflictos dentro de nuestra familia. Perdono a mis amigos, compañeros de trabajo y vecinos por todas sus acciones perjudiciales y palabras crueles que pronunciaron en mi contra.

Perdono a mi cónyuge, a mis hijos y a todos los miembros de mi familia extensa, y pido tu gracia para sanar todas las circunstancias donde no logré recibir el amor, afecto, apoyo y respeto que necesité. Perdono a todos los que han violado mi pureza sexual, y pido ser liberado y lavado por el poder purificador de tu amor. Me perdono mis errores y fracasos pasados, y pido ser liberado de todas las consecuencias destructivas, culpabilidad, vergüenza y autoacusación.

Perdono a todos los que están en puestos de autoridad, sobre todo a los que me han tratado injustamente, como doctores, enfermeras, agentes de seguros, paramédicos, agentes de policía, oficiales del gobierno, antiguos patrones y miembros del clero. Perdono a mis peores enemigos y a los que he hecho voto de que nunca perdonaría. Rompo esos votos ahora por el poder de tu nombre, Señor Jesús.

Por un acto de mi libre voluntad, elijo perdonar a todos, incluyendo a las personas que más me lastimaron. Me libero de los deseos de recibir una disculpa, de la necesidad de ser justificado por mis acciones y de mi necesidad de que otros reconozcan la injusticia. Oh Señor Jesús, entrego en tus manos misericordiosas la deuda de todas las heridas. Denuncio todas las formas de ira, amargura y resentimiento, y ordeno ahora a cada espíritu malvado que ha entrado en mi cuerpo por la falta de perdón que se vaya directamente a los pies de mi Señor Jesucristo.

Por el poder de tu Espíritu Santo, te pido Señor Jesús que me llenes de tu amor, paz, paciencia, amabilidad, generosidad y dominio propio. Que tu mano sanadora repose sobre mí mientras bendigo a todos los que me han herido. Deseo ser bueno y compasivo con cada uno, dispuesto a perdonarles tal como tú me has perdonado. Pido que el poder sanador de tu amor fluya a través de cada célula de mi cuerpo y en las vidas de los que he perdonado. Amén.

 

Oración de confirmación

Señor, Dios Todopoderoso, te agradezco por protegerme de toda forma del mal y traerme el regalo de tu salud divina. Te doy gracias por romper las cadenas de la opresión y liberarme de toda forma de pecado, enfermedad y mentira del enemigo. Gracias por el nombre poderoso de Jesús ante el cual cada rodilla se doblará.

Por el poder y la autoridad que me has dado, digo a todas las adicciones, perversiones, dependencias químicas, desesperanza, preocupación, duda, miedo, desesperación y a todos los síntomas de cualquier enfermedad que caigan de rodillas ahora ante el nombre de Jesús. Destruyo cada argumento y altivez que se exalta a sí mismo en contra del conocimiento de Dios. Presento cautivo a todo pensamiento para que se someta a Cristo.

Gracias por darme tu autoridad sobre todo el poder del enemigo. Nada me dañará. Invito al espíritu divino de alabanza y adoración a que me llene y guarde de las mentiras del diablo. Gracias por toda tu armadura, tu nombre, tu sangre preciosa y tu Espíritu Santo. Ninguna arma forjada prosperará contra mí. Gracias, oh Padre celestial, por todas tus provisiones, porque tuyo es el reino, el poder y la gloria, ahora y siempre. Amén.

 

Oración por un descanso lleno de paz

Querido Señor Jesús, al descansar en tu amor, pido experimentar tu tierno abrazo alrededor de mí. Confío en que tu cuidado compasivo traerá la paz a mi mente, la serenidad a mi corazón y la renovación a mi espíritu.

Abrazado por tu amor, te pido que me concedas esta noche un descanso lleno de paz. Por favor, purifica mis sueños, limpia mi subconsciente y lava mis pensamientos con la pureza de tu amor infinito. Cuida de mi corazón, mente, cuerpo, alma y espíritu mientras descanso esta noche en tu cuidado compasivo.

Te ruego que envíes a tus ángeles protectores para que me protejan mientras duermo. Que tu ejército angelical destruya todas las maldiciones, obstáculos e influencias demoníacas que han sido enviados contra mi capacidad de experimentar un sueño lleno de paz esta noche. Pido que tus huestes de ángeles me protejan mientras permanezco despierto y velen por mí cuando duermo, y que despierto pueda mantenerme con Cristo, y dormido, descanse en su paz. Amén.

 

Pasajes bíblicos sobre la sanación

Los siguientes pasajes bíblicos tienen el poder de traer sanación y fortaleza a tu corazón, mente, cuerpo, alma y espíritu. Medita en ellos día y noche. Permite que Dios hable a tu situación a través de su Palabra escrita. Acepta la Palabra de Dios como si el Señor mismo te hablara directamente. Guarda profundamente en tu corazón lo que te ha dicho.

Permite que tu fe crezca al punto que puedas mandar que la montaña de enfermedad, dificultades y desesperación sea expulsada de tu vida. Según Marcos 11,23–24, Jesús dice: “Les aseguro que si alguno le dice a este monte: ‘Quítate de ahí y tírate al mar’, creyendo, sin abrigar la menor duda de que lo que dice sucederá, lo obtendrá. Por eso les digo: Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán”.

Éxodo 15,26 Mateo 21,21–22
Éxodo 23,25 Marcos 11,23–24
Deuteronomio 7,15
Marcos 16,17–18
Deuteronomio 28,1–14
Juan 10,10
Deuteronomio 30,19–20
Romanos 4,16–21
I Reyes 8,56
Romanos 8,11
Salmo 91
II Corintios 10,4–5
Salmo 103,1–3
Gálatas 3,13–14
Salmo 107,19–20
Efesios 6,10–17
Salmo 118,17
Filipenses 2,13
Proverbios 4,20–22
Filipenses 4,6–7
Isaías 41,10
II Timoteo 1,7
Isaías 53,4–5
Hebreos 10,23
Jeremías 1,12
Hebreos 10,35
Jeremías 30,17
Hebreos 13,8
Mateo 8,1–3
Santiago 5,14–16
Mateo 8,17
I Pedro 2,24
Mateo 18,18–19
I Juan 3,21–22

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ejercicio para la sanación emocional2

1. Pasa tiempo en oración y pídele al Señor que te muestre si hay heridas emocionales sin resolver que estén causando problemas a tu salud. Si el Señor trae a tu mente a alguien que te ha lastimado, pide al Espíritu Santo que te devuelva la plenitud de tus emociones reprimidas, de modo que puedas ser liberado.

2. Después de que hayas identificado un acontecimiento doloroso que necesita ser sanado, trata de separar esa situación de cualquier otra cosa que te haya ocurrido. Por ejemplo, en lugar de tratar muchos años de abuso emocional a la vez, intenta aislar una experiencia y sigue trabajando en ese problema hasta que sea resuelto.

3. Comienza este ejercicio con mucha oración y meditación. Encuentra un lugar donde puedas estar a solas con Dios. Asegúrate de tener suficientes pañuelos y los materiales necesarios para escribir.

4. Visualiza en tu mente a la persona que te hirió. Imagínate que esta persona puede escuchar todo lo que le vas a decir. Si la persona ha fallecido, imagínatela en el cielo de pie al lado de Jesús.

5. Comienza escribiendo la carta con estas palabras: ¡Estoy enojado porque me heriste! Dí a esa persona todas las formas en que te hirió con sus acciones descuidadas e irrespetuosas. Continúa escribiendo las siguientes palabras: Estoy enojado. Escríbelas una y otra vez. Expresa todo tu enojo en el papel. No te preocupes por la ortografía o la gramática. Simplemente expresa todo lo que necesita ser dicho.

6. Después de expresar todo tu enojo, continúa con los temores que hayas experimentado. ¿Cómo afectó tu vida esta persona? Describe cómo las consecuencias del comportamiento descuidado de esa persona han influido en tus relaciones hasta el presente.

7. Después de que hayas expresado los temores o los sentimientos de culpabilidad, presta atención a tu tristeza. Dí a esa persona lo que querías que hubiese ocurrido pero que no sucedió. Si le estás escribiendo a tu papá, díle: Estoy triste porque quería que tuviéramos una mejor relación. Quería que me trataras como un hijo/a amado/a. Quería tu amor y tu apoyo.

8. Concluye tu carta con cualquier otra cosa que quisieras decir a esa persona, y a continuación comienza una nueva carta visualizando a la persona que te hirió en un estado de sanación total. Imagínatela en el cielo de pie al lado de Jesús. Imagina a esa persona llena del amor de Dios y, debido a que está llena del amor divino, permítele que te ofrezca disculpas.

9. Comienza tu carta de perdón diciendo: Siento haberte herido. Tú no merecías haber sido tratado así. Lo siento. Por favor, perdóname. Luego escribe todas las palabras amorosas que necesitas escuchar.

10. Concluye tu carta de perdón con una oración. Deposita a la persona que te hirió en las manos del Señor, y pídele que te limpie de toda negatividad que hayas adquirido al aceptar el abuso de esa persona. Entrega a esta persona al Señor, y si fuere apropiado, pide a Jesús que rompa toda atadura perjudicial del alma.

11. Permítele a Jesús hablarte a través de una carta final. Acepta el amor de Dios y su perdón. Permite que el amor y el perdón del Señor fluyan en tu corazón y lo limpien de todas las maldiciones, resentimiento y negatividad.

12. Pídele al Señor que te muestre si hay otra cosa de la que necesitas ser liberado. Déjate caer en los brazos del Señor y sé libre para siempre; libre para ser el hijo de Dios que el Señor quería que tú fueras desde un principio.

 

Notas

Todos los derechos reservados.

Nihil Obstat: William C. Beckman, M.T.S., Censor Librorum

Imprimatur: +Most Reverend Charles J. Chaput, O.F.M. Cap., Archbishop of Denver, October 16, 2009

1. Salmo 51,1–12, Texto bíblico tomado de La santa Biblia, nueva versión internacional. © 1999 por la Sociedad Bíblica Internacional. Usada con permiso. Reservados todos los derechos.

2. Texto original en inglés tomado de Healing Power for the Heart [Poder sanador para el corazón], (Denver, CO: Valentine Publishing House, 2006). Usado con permiso. www.ChristianHealingPrayers.com



 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


Derechos de Autor © Valentine Publishing ~ Todos los Derechos Reservados.